En diciembre de 2016, Amazon anunció sus planes para la creación de un supermercado futurista sin cajeros ni colas, donde los clientes se identificarían con una ‘app’ en su móvil y un código QR al entrar; unas cestas inteligentes apuntarían todo lo que se cogiera, y el cobro se haría automáticamente a la cuenta online del cliente, permitiendo que saliera de la tienda sin más