La sociedad se transforma a un ritmo vertiginoso. Nunca antes se había experimentado un cambio social, demográfico, tecnológico y económico con efectos tan directos sobre la tipología de familias o la forma de consumir. Estos avances sociales, obligan al sector HORECA a adaptarse a las nuevas demandas de los consumidores.
Hoy, la principal cuestión que se plantean las empresas del sector es: ¿cómo serán los consumidores del futuro?
Recientemente, el Centro Tecnológico Andaluz de Diseño (Surgenia), ha presentado el estudio Gastrotendencias 2: alimentación, turismo y diseño en la era de los millennials (jóvenes nacidos entre las décadas de los 80′s y 90′s,), entre otros, con el objetivo de ayudar a las compañías de alimentos y bebidas a adaptarse a estos cambios y a diferenciarse en el mercado. Según dicho informe, existen diversos factores que provocarán la aparición de nuevos tipos de consumidores, y se deberán tener muy presentes, los esos cambios sociales, que definitivamente transformarán los hogares y la demografía del país.
Con el envejecimiento de la población se asistirá a un aumento de los consumidores de la tercera y cuarta edad. Este segmento de la población posee unas necesidades específicas en cuanto a productos, características de sus envases o, incluso, de espacios comerciales, y por tanto, tenemos que estar preparados para adaptar los negocios, a este nuevo entorno.
Por su lado, el aumento de la generación millennials*, marcará la sociedad cada vez más y con una importancia creciente. Resalto que, su peculiar relación con las marcas y su forma de consumir y comprar afectan directamente el consumo alimentario.
Otros factores que incidirán en los hábitos alimenticios de la población serán del tipo político y económico. Por ejemplo; los grandes movimientos migratorios observados en nuestro País que ya produjeron sus efectos en los hábitos de consumo de la alimentación en España. La preocupación por la obesidad o las innovaciones tecnológicas aplicadas al ámbito de la alimentación, también están transformando los hábitos alimenticios y consecuentemente, creando una nueva demanda de nuevos tipos o formas de consumo, de alimentos.
En el citado estudio, se enumeran siete nuevos universos de consumo y personalidades del consumidor, cuya forma de vivir y de consumir será determinante a la hora de desarrollar los alimentos y envases del futuro:
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El primitista: es un tipo de consumidor que busca los productos de calidad por encima de todo. Deben ser puros, sin artificio y casi primitivo. Las empresas que los producen deben ser serias y cautas a la hora de alabar las virtudes de sus productos.
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El mixtural: Su personalidad es crítica y reaccionaria contra lo establecido.
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El elaborador: La elaboración de alimentos es uno de sus hobbies como, por ejemplo, la repostería o la elaboración de pan. Disfrutan mezclando sabores y olores.
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El superviviente: Son personas nómadas, sin apego material y que se mueven con facilidad.
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El ensoñador: De actitud autocomplaciente, es una persona que busca evadirse de los problemas sociales, económicos y políticos.
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El supersano: Valoran las propiedades funcionales naturales de los llamados súper alimentos, así como la estética deportiva.
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El irreprochable: volcado en el consumo responsable, es un tipo de persona que trata de evitar los reproches, por ello consume aquellos productos que le hacen sentirse bien consigo mismo.
¡El futuro está aquí!, tenemos que ser muy ágiles, y adaptarnos a esta nueva realidad. Tenemos por delante una excelente oportunidad de reinventarnos y conocer nuevas realidades y oportunidades de negocio.
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